-Pero, ¿qué demonios estás haciendo con el perro?
-Estoy mejorándolo, papa!
-¿Estás loco?¿Cómo vas a mejorar al perro?
-Sí, le voy a poner unos adornos en las orejas y una cresta artificial en la cola. Y en el ojete del culo le voy a poner un globo de estos ultra-enormes para que cada vez que se tire un pedo el globo se haga más grande y un día explote y llene el mundo de mierda canina.
-Pero hijo... ¿no te das cuenta que eso que le vas a hacer no le gusta?
-¿No?
-No. A los perros les encanta que les acaricien y que les laven, y que les corten el pelo y las uñas y comer pienso seco y que les demos con el periódico en los hocicos, y sacarlos a las 6 de la mañana para mear en la fria y sucia calle, y dormir en pleno invierno en el balcón sin acristalar. Pero eso que dices tú, no.
-Papa, ¿soy un esquizoide?
-Eso, hijo mio, solo el tiempo lo sabe.
Y rodeando con sus brazos los hombros de su hijo se quedaron mirando la puesta de sol en aquel campo destartalado, infertil y lleno de matojos. Las ratas corrian en círculos a su derecha mientras que a su izquierda un gran montón de basura despedía una fetidez similar a la que hacen los cadáveres en descomposición. Una vez que el cielo se oscureció por completo, el perro, que estaba hasta los cojones de sus dueños, les arrancó la yugular en dos sendos y certeros mordiscos.
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Hoy me apetecía escribir esto. Menuda semanita viajera que me he pegado.Murcia, alcoy,murcia otra vez, aspe y mañana alicante.Un poco cansadico si que estoy.
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