El coche está en el taller otra vez. No por la puerta que todavia tengo que reparar, sino por los limpiaparabrisas que han dejado de funcionar porque sí. La verdad es que en reparaciones se me va un buen pico. Debo de tenerle mucho aprecio a esta máquina.
Lo peor de todo es que estoy como paralizado. Cuando me quedo sin coche parece como si me cortaran las piernas. Espero que no tarden mucho en devolvermelo porque el domingo me piro de vacaciones y el miercoles comienzo a trabajar de nuevo.
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