26 gorrinos que podían haber criado mis padres... 104 jamones que podían haberse comido, 30 metros de salchichas, chorizos y morcillas, manitas de cerdo, careta, cortezas, e infinitas lonchas de bacon y panceta (que aunque generalmente se crea que es lo mismo, no lo es).
26 años son muchos años ya. Tantos que ya empiezas a recordar con nostalgia lo que hacías a los 16. Muchos os habeis acordado de mí. Gracias por compartir el protagonismo del nacimiento de la infanta Sofia conmigo.
Ya empiezo a acercarme a los 30 oficialmente, y lo peor de todo es que estoy sin casa, con el coche abollado, sin dinero, con un trabajo inestable y que me da una miseria repartida en una infinidad de miserias que me son dadas mensualmente. Hay que empezar a pensar en el plan de pensiones.
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