Hay veces en la vida en las que escuchar a los demas es un infierno cotidiano, y lo que más te apetece es descansar en la soledad del silencio que dan las olas del mar. Sin embargo, es necesario germinar la atención de una sociabilización rescatada de temores laborales y economicos para así ser seres productivos y productores.
Ahora mismo estoy en el tiempo sin tiempo, es decir, en la espera eterna y la inconsciencia de un mal mayor que puede venir. Lo único que tengo claro es que sea lo que sea lo que tiene que llegar, va a ser mucho peor de como estoy ahora. Y no es que este pasando un buen momento precisamente. Llevo cerca de un año ya en uno de mis peores momentos vitales, plagado de secuencias depresivas, dolores, lágrimas, frustraciones, y sobre todo fracasos que me llevan a preguntar ¿y ahora, qué?.
Ayer oí en la radio una frase de mentira: "si te ocurre algo muy malo en la vida es porque te espera algo muy bueno". Creo que no. Es solo una forma de ser autocomprensivo con tus propias desgracias. La vida no te prepara cosas buenas despues de cosas malas. La vida es una sucesión de hechos, de experiencias, que dependiendo de tu capacidad para aprehender los buenos y los malos rasgos de ellas, podrás enfocarlas como buenas o malas. No hay destino, ni futuro. Solo la lucha continua contra un torrente social es la salida. Como el poeta que se mete a camarero, como el pintor que trabaja repartiendo pizzas.
He vuelto a pintar, he vuelto a escribir, he intentado no hacer nada y hacerlo todo a la vez para mantener ocupado mi cerebro, pero lo cierto es que no puedo descargar fructiferamente todo lo que guardo aqui dentro hasta que tenga los medios suficientes para hacerlo. Las manos me queman y no puedo tirar este calor. Pero todo esto da igual, porque siempre me ha tocado esperar para luego no recibir nada.
jueves, junio 22, 2006
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