domingo, noviembre 11, 2007

Una porción de mí



A veces nos toca cerrar los puños y tragarnos nuestros pensamientos. A veces nos toca girar en una espiral infinita de rabia hasta que se consumen nuestras fuerzas para poder responder.

Hoy me apetece contaros cómo me siento. Me gustaría decir que estoy perfectamente, pero no es así. Durante todo este tiempo he seguido las normas, he acatado las reglas que me iban a dar las respuestas a una serie de preguntas que todavía no me había planteado. No he protestado, no me he rebeldao nunca. No sé qué es lo que se espera de mí, no sé qué es lo que se supone que debo hacer para ganarme el derecho de ser quien quiero ser. He intentado vivir una vida que creía que llenaría el vacío existente en mi alma, y sólo he conseguido encerrarme más en una prisión de anti-intelectualidad derivada de una desidia solitaria. Todo está oscuro. Todo está desenfocado. Sigo pensando que algún día esto cambiará, pero siempre que ocurre algo es para peor. Estoy igual que siempre pero más confuso, más histriónico.

Echo de menos todo lo que he dejado atrás y a todos los que he dejado atrás. Sigo siendo una sombra de lo que siempre he querido ser y nunca podré. Soy el perdedor en un juego eterno que gira y gira en torno a mis sueños. Estoy fuera de control, como un animal perdido en la ciudad. No soy capaz de ser, no soy capaz de intentar, no soy capaz de realizar, pensar, idear, crear.

Ya no sé si creer en todo lo que estoy luchando, o si debo rendirme a las evidencias. Necesito saber que esta historia tendrá un final.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y si le pides el bate a Wendy? jaja.

Ahora en serio... ¿cuándo creíste que tu andadura sería un lecho de rosas? pero todo tiene su recompensa ¿no? sigue trabajando y tal vez algun día esa locura estres se torne en algo diferente. Ya sabes que estoy aqui como ejemplo de lo que no debes hacer :P. No perrees.. lucha¡¡