jueves, septiembre 11, 2008

Mudanzas, música y nuevo orden que a su vez es antiguo

untitledMuchas veces me habéis oído hablar sobre la importancia del orden y las funestas consecuencias que intrincan mi vida a su respecto. Así que, los que estéis aburridos del tema, os sugiero que no continuéis leyendo estas líneas, porque hoy mi cerebro calenturiento desea expresarse a este respecto. Y es que, si a Dios le costó 7 días configurar el mundo, a mi me ha costado 11 días reorganizar, pintar y retocar mi antigua habitación de estudiante. No me quiero comparar con Dios, por supuesto, pero he creído que era una forma divertida para asimilar la idea que quiero reflejar en estas líneas perdidas en el espacio cibernético.

El nuevo orden está configurado por otro periodo más. En esta ocasión el orden es curiosamente más caótico que en otras ocasiones y da la sensación de ser extremo. El nuevo orden combina viejas ideas con nuevas formas de ver el mundo. No se desprecian, no se castigan, solo conviven y aprenden las unas de las otras. Cuando observas el nuevo orden puedes comprender que en realidad se trata de una jaula elegante que encierra el desorden de mi naturaleza humana y demoníaca. Lo acepto, y espero que permanezca durante suficiente tiempo como para poder el gran paso que me lleve a la conquista de mis propósitos.

Como sabéis, he estado fuera de línea durante bastante tiempo. Me dejabais cosas escritas en el messenger y como nunca estaba delante de la pantalla, no os contestaba. Dejadme que os relate brevemente que me sucedió desde la última semana de agosto hasta hoy.

El calor era sofocante. Eran mis últimos días en Urbanova y mi única obsesión era limpiar lo mejor que pudiera la casa para recuperar los 500 euros de fianza que entregué el día que entré a vivir allí. Lo primero que hice fue esclavizar a Nuria y a Gonzalo para que me ayudaran con la mudanza ya que nadie de mi "familia" iba a mover un dedo a no ser que fuera para señalarme y reirse de mi desgracia. Todo el cuerpo me crujía como si fuera un abuelo, las manos me sangraban(literalmente) y me escocían por el uso de lejía, aguarrás y otros productos sin los debidos guantes protectores. Rasqué, froté, enjuagué e incluso pinté aquella casa que todavía añoro con una lágrima en los ojos. Durante toda aquella semana, dormí en un colchón tirado en el suelo para no ensuciar ninguna de las habitaciones que había cerrado, cada viaje que hacía a la ciudad era para llevar bolsas y cajas con todos los recuerdos y enseres de un año marcado por el duro trabajo, la depresión y los sueños rotos. Así, el día 30 de agosto, sábado de la derrota a partir de hoy, entregué las llaves de mi reino a su legítima dueña para marcharme cabizbajo por el paseo marítimo hasta mi antiguo cubículo de 10 metros cuadrados o menos en el barrio de babel, donde crecí y aprendí muchas cosas, sobre todo a perder. Parecía que todo el barrio celebraba mi vuelta, como si fuera un héroe legendario, con fiestas, luces de colores y sobre todo, mucho mucho ruido. Pero no eran celebraciones por mi regreso. En realidad, al barrio le importaba una mierda si volvía o me iba a tomar por saco para siempre. Eran simplemente las fiestas de la urbanización que se celebran todos los años a final de verano. Las fiestas de las noches en las que dormir en mi casa es prácticamente una misión imposible. No hay nada mejor que una noche de bakalao trallero y cutre combinado con programación televisiva de madrugada para empeorar un sentimiento oscuro que te lleve a la apatía más absoluta. Y en ese momento, comprendí, que todo aquello venía porque había perdido el orden de mi vida desde hacía mucho tiempo, así que, me puse en pie y decidí crear un nuevo orden que me ayudara a solucionar este maldito caos.

Después de 11 días de duro trabajo, aún faltan algunos detalles, pero creo que lo he conseguido. El mule funciona, puedo dormir en mi cama, me han devuelto la fianza y ya he visto en qué posición estoy en la bolsa de trabajo, aunque no sé si es un leech o un fake. Es más, este finde hay un festival en Molina del Segura(Murcia) donde actúa Nada Surf, y por primera vez en mucho tiempo, me apetece ir. A ver si hay suerte y comienzan a mejorar las cosas.

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