jueves, mayo 07, 2009

Aquella noche


Morgan me esperaba en el coche escuchando rock alternativo y fumando uno de sus cigarros rubios de importación que le traía su primo desde México todos los años. Era el “humo de la victoria” como él lo llamaba, un humo especial que sólo sacaba en ocasiones únicas como ésta, igual que Will Smith en Independence Day. Morgan era un vicioso del cine. Había visto más películas que cualquiera de nosotros, y las analizaba tan críticamente que en realidad parecía el jurado de un certamen cinematográfico. Siempre que alguien tenía alguna duda sobre quién salía en tal película, o quién dirigía esta otra, llamaba a Morgan para aclarar sus dudas. A mí me encantaba. En realidad quería ser como él, pero era imposible. Conocía títulos que era imposible ver porque estaban descatalogados, y además su colección privada muy pocos privilegiados, o mejor dicho privilegiadas, la habían conseguido ver. En lo que respectaba al séptimo arte, Morgan era como un monje dominico de la Edad Media. Pero si había un género que le apasionaba, y que además difundía entre nosotros, era el bélico. Daba igual que estuviera combinado con otros como el de ciencia ficción como en Starship Troopers, que por cierto a mi me apasionaba por aquel entonces, o también con terror, como en el caso de Alien. Daba igual lo buena o mala que fuera, porque él la había visto.
-Mmmm. Me encanta el olor del napalm por la mañana. Huele a victoria –le oí decir nada más introducirme en el coche.



¿Qué me decís? ¿Continúo la historia?


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Quedan 49 días para el gran combate

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Tiempo en el exilio: 10 días

Tiempo trabajado: 146 días

1 comentario:

Esteban dijo...

Parece interesante, me recuerda al arru ese tío aficionado a las películas bélicas de todo tipo y con aire a lo bruce willis que huele a napalm jeje. Siguela y la iré lyendo ahunq ultimamente voy un poco cupado.